Todavía desde que este weblog se abrió no hemos mostrado ningún rincón de Jaén capital y he querido empezar por uno de los barrios para mí más emblemáticos, por que me trae muchos recuerdos, el Barrio de la Merced y su Iglesia que durante años albergara la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno «El Abuelo».
Este convento de Nuestra Señora de la Merced fue convertido en parroquia en 1970, habiendo acogido una buena parte del patrimonio heredado de la desaparecida iglesia de San Lorenzo.
La iglesia, que data del siglo XVIII, cuenta con una estructura basilical, organizada en tres naves con coro a los pies del templo. La nave central está cubierta con bóveda de cañón, mientras que las laterales cuentan con la presencia de una serie de capillas-hornacinas. El presbiterio se cubre con bóveda de medio naranja. De los retablos conservados destacaremos el del altar de Ánimas con lienzo del siglo XVIII. En el crucero existen varios lienzos del XVII con la representaciñ¡ón de la Virgen del Carmen, San Serapión, el Martirio de San Bartolomé y Santo Domingo de Silos con San Bartolomé de la Cuesta. Junto a estas obras pictóricas destacamos un lienzo con la representación del Martirio de San Crispín y San Crispiano, óleo fechado en 1636 emplazado en la sacristía de la iglesia, atribuido a Sebastián Martínez. Es en esta misma sacristía, ubicada en la zona de clausura, donde se custodian las piezas de platería más interesantes, tales como varias bandejas con el escudo labrado del padre fundador y cálices, pertenecientes a los siglos XVII y XVIII.
En la galería del claustro, en su parte alta, antes del acceso al coro alto, se disponen una serie de lienzos mal conservados y algunas imágenes de Niños Jesús de factura eminentemente barroca.
La fachada principal de la iglesia presenta una portada barroca con arco de medio punto flanqueado por sendas columnas dóricas. Sobre el vano se dispone un frontón curvo partido que abraza a una hornacina con la imagen de la Virgen. Haciendo esquina, una torre-campanario de cuatro cuerpos, coronada con estructura ochavada, completa el conjunto.
En la fachada oriental se observa otra portada de gran sencillez, compuesta por arco de medio punto enmarcado con pilastras que sustentan un frontón semicircular partido, en cuyo hueco se dispone un escudo de la orden.
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